miércoles, 16 de abril de 2014

Regalo de Navidad [Tercera Parte -Final-]





Tercera parte [Final]



Fóllame, pensó. Por favor, fóllame. TaeMin arqueó su culo ofreciéndose sumiso a él.

Pero sólo abrió sus esposas. Al igual que su boca, TaeMin no se dio cuenta de que sus brazos estaban doloridos, hasta que estuvieron libres.

Pasando una mano suavemente sobre su culo, el alto le dijo:

—Siéntate más abajo.

En el momento en que TaeMin lo hizo, MinHo cruzó el ambiente, lejos de TaeMin, dándole la oportunidad de ver su firme y sexy culo por primera vez. Se arrodilló junto al árbol, tomando el último regalito.

—Uno más— dijo, regresando para colocar el presente en su mano. Parecía como una caja de corbata, pero más pequeña. O un joyero, pero más grande.

El corazón de TaeMin latía en su pecho mientras quitaba el brillante papel y levantaba la tapa. Jadeó ante la visión del vibrador rojo que había dentro. Este parecía ampliar enormemente los límites de lo que podría suceder ahora, poniéndolo ligeramente nervioso otra vez, incluso mientras un grueso zumbido de excitación recorría su cuerpo.

—Mírame. —Dijo el mayor, su voz profunda, inquebrantable.

De alguna manera, con el vibrador yaciendo en una caja abierta en su regazo, era un poco más difícil levantar su mirada. Se obligó a mirar hacia arriba y su respiración se atascó en su garganta. Un mechón de pelo oscuro asomaba desde debajo del sombrero de Santa, cayendo sobre su frente. Sus ojos brillaban con determinada lujuria.

No había nada que no haría por MinHo esta noche, nada que no le dejaría hacer con su cuerpo.

Y con ese pensamiento, dejó ir la última parte de auto-conciencia en su alma y soltó al chico sucio. — ¿Vas a poner esto en mi ano? Por favor, di que sí. TaeMin tenía que tenerlo ahora... creía que moriría sin ello.

Su pobre interior se sentía tan vacío y descuidado.

Él sacudió su cabeza. —Este es un castigo, ¿recuerdas? —Él alto ladeó una sonrisa. —Incluso aunque te haya gustado hasta ahora.

Se mordió el labio. —Entonces, ¿qué vas a hacer con él?
—Yo no voy a hacer nada con ello. Tú lo harás.

Él empujó el brillante y suave pene en su mano y un nuevo escalofrío de calor corrió por todo su cuerpo. MinHo quería que se follara a sí mismo mientras él observaba.

A pesar de su entusiasmo hasta el momento, TaeMin no era por lo general tan descarado como estaba siendo con MinHo. Cualquier otra noche de su vida, con cualquier otro hombre, probablemente hubiera dicho que no. Pero con él, ni siquiera lo dudó. TaeMin era su chico malo. Su esclavo sexual. MinHo lo inspiraba a despojarse de todas sus inhibiciones. 

Quería follarse a sí mismo para él.

Así que para el momento en que el alto se recostó en su sillón, todavía totalmente erecto, TaeMin había levantado una bota de tacón alto en el sofá, doblando su pierna por la rodilla, dándole una completa vista de su entrada.

Cuando miró hacia abajo, su ano estaba rojo y húmedo.

Levantando la mirada a la suya, encontró sus ojos vidriosos, su expresión oscura y sensual.

Él nunca dijo una palabra; no tenía que hacerlo.

TaeMin giró el extremo del vibrador y un zumbido llenó el aire. Luego lo posicionó en su entrada.

El suave cilindro rojo se deslizó sin esfuerzo, todo el camino hasta la empuñadura.

—Fóllate. —Susurró MinHo, su expresión llena de asombro.

Lamiendo su labio superior, empezó a mover el vibrador dentro y fuera de su mojada apertura. Nunca había dejado que un hombre lo viera dándose placer a sí mismo antes y nunca había pensado que querría hacerlo, pero tener los ojos de MinHo sobre el hacía que hasta la última onza de su cuerpo cosquilleara de deleite.

La estimulación dentro de su ano lo llenaba de placer, pero... oooh, su pobre ereccion dolía, pidiendo atención. Usando su otra mano, se estiró para acariciar su pene. Mmm, sí, TaeMin dejó escapar un suspiro de alivio ante su propio toque, gimiendo mientras el abrasador calor se extendía por todo su ano y a través de su cuerpo, sus brazos y piernas.

—Oooh, síp. —Ronroneó.

—Bebe, estás tan malditamente caliente. —Dijo en voz baja y peligrosa. — Pero no te corras todavía.

Sabía por experiencia que era capaz de más de un orgasmo. — ¿Por qué? Lo necesito.

MinHo se limitó a sacudir su cabeza, una severa advertencia. —No.

TaeMin no le preguntó nada más, incluso tan tentado como estaba por ignorarlo y tocarse a sí mismo hasta el éxtasis. Apretó los dientes y se obligó a dejar de tocarse su erección... por él. Un sonido de frustración salió de su garganta; cesar la dulce presión en la su pene hambriento en este momento era una verdadera tortura.

—Buen chico. —Dijo MinHo, echándose hacia atrás un poco más profundo en su sillón. —Ahora folla ese bonito culo para mí un poco más.

~*~*~*~


Podría perderse observándolo, pensó MinHo, observando ese vibrador desaparecer en su mojado ano rosa. Justo encima de donde el eje rojo se hundía tan profundamente, su polla sobresalía, hinchado más grande de lo que había estado apenas había salido de su dormitorio. Él quería lamerlo, aliviar su dolor, pero no todavía. Esto lo estaba matando, pero a largo plazo, sabía que estirar su anticipación le traería a TaeMin un placer más profundo.

Dado que su propia paciencia se estaba desvaneciendo, en una fracción de segundo tomó la decisión. —Creo que has sido suficientemente disciplinado, así que ahora voy a darte tu verdadero regalo de Navidad.

TaeMin retiró el vibrador rojo de su entrada, mirándolo con una sonrisa sexy. — ¿Qué es?

Él sonrió, y habló lentamente. —Una larga y dura follada de Navidad.

Una mirada de pura felicidad se apoderó de su cara cuando dijo: —Mmm.—Entonces se recostó en el sofá, sus piernas abiertas para él.

MinHo no podía esperar ni un segundo más, y no podía moverse lentamente por más tiempo, tampoco. Cada momento que pasaba que no estaba enterrado en su interior se estaba convirtiendo en agonía. 

Levantándose de su sillón, alcanzó el otro sillón en tan sólo unos pocos pasos y, posicionándose entre sus muslos, miró hacia abajo. Su hermoso ano le hacía señas, separado para él como un mar de color rosa. Seguía abierto y húmedo por el vibrador, su pasaje una oscura abertura que necesitaba ser llenada con cada centímetro de su dura y ardiente erección. Sin más dilatación, empujó su polla profundamente en su cálido y húmedo anillo de músculos, liberando un poderoso gemido.

Cuando TaeMin sollozó debajo de él, se detuvo, jadeando: — ¿Estás bien?

—Mmm, sí. —Gimió. —Demasiado bueno, demasiado grande.

Las palabras hicieron que una sonrisa de orgullo sexual se desplegara en su rostro. —Me alegro que te guste, bebe.

—Tu enorme polla me está volviendo loco. —Ronroneó hacia MinHo, levantando sus caderas del sofá para encontrarse con su siguiente embiste.

Eso era todo lo que podía hacer para no gruñir. —Oh bebe, me pones jodidamente loco y excitado.

Deslizando sus manos hacia arriba por el afelpado terciopelo en sus costados, cerró los dedos sobre sus erectos pezones.

Los firmes y masajeadores toques lo hicieron gemir más profundo, más fuerte, haciéndolo bombear su culo contra su polla más duro. Joder, era capaz de llevarlo tan profundo en ese hambriento anito y MinHo se estrellaba contra TaeMin con más y más fuerza mientras TaeMin encontraba cada sólida embestida.

Todavía follándolo, golpeó su lengua sobre un duro pezón, haciéndolo morderse los labios mientras observaba.

Entonces él bajó su boca completamente sobre el pico, succionándolo con tanto entusiasmo como TaeMin había hecho con su polla. TaeMin jadeó, gimió y agarró su pelo entre sus dedos para retenerlo allí mientras arqueaba su pecho, forzando más de su suave piel dentro de su boca.

MinHo continuó hundiendo su polla en su jugosa apertura mientras TaeMin luchaba contra él, empujando, moliendo. MinHo lo folló largo, duro y profundo, como había prometido, y estaba casi sorprendido de que no se sintiera cerca de la explosión.

Sólo podía asumir que su promesa hacia TaeMin era de alguna manera lo que le permitía mantener el control incluso cuando un placer intenso cubría todo su cuerpo. Y sabía que esto no se habría sentido de esta manera si él lo hubiera follado desde el principio. Juntos estaban cosechando un profundo placer causado por la anticipación, por dilatar sus lujurias.

—Fóllame desde atrás. —TaeMin declaró de repente, su voz saliendo irregular.

— ¿Qué? —Eso lo atrapó con la guardia baja. Había sido tan obediente hasta ahora, aun cuando había insistido en que dejara de tocarse el pene para darse placer. Pero esta nueva demanda de TaeMin, cuando menos lo había esperado, sonaba bien.

— ¡Fóllame desde atrás! Lo siento más profundo de esa forma. Mi interior se siente más lleno.

No podía dejar de aprovechar la oportunidad. —Ruega por lo que quieres.

—Por favor, MinHo, fóllame desde atrás. ¡Por favor! 

El ardiente gemido en su voz fue suficiente para él; infiernos, a quién estaba engañando, no podría resistirse a darle lo que TaeMin deseaba en ese momento aunque lo hubiera intentado. Cada gramo de su control había desaparecido.

Después de que sacó su polla, TaeMin se puso de rodillas y se dio la vuelta, apuntalándose sobre el brazo del sofá.

—Ahora. —TaeMin suplicó.

Separando las mejillas de su culo con las manos, deslizó su mojada erección de nuevo en su calor.

—Oh Dios. —TaeMin gimió en la entrada, y podría haber jurado que su interior en realidad lo tomaba más profundo de esta manera, pareció tragarse toda su longitud en un santiamén.

— ¿Está bueno? —Preguntó, empujando fuerte.

—Jodidamente bueno. —Susurró. Y cuando MinHo puso sus manos sobre las caderas de TaeMin y comenzó a moverse dentro y fuera de su caliente y profundo ano, jadeó:

—Mi punto G ama tu polla, cariño.

MinHo sólo pudo gruñir en respuesta, sus palabras lo hicieron golpear su punto dulce más duro.

— ¡Sí! ¡Sí! ¡Fóllame duro! —Gritó TaeMin.

Él gruñó con cada duro golpe que conducía en TaeMin, amando lo bien que la pequeña entrada del menor se lo tragaba, saboreando la forma en que gritaba ahora con cada tenaz embestida.

— ¡Oh, Dios! Más rápido, ¡más rápido!

Mientras MinHo lo follaba... golpe, golpe, golpe... se sentía como si hubiera muerto he ido al cielo. Sólo había soñado con una persona que le gustara follar como a él, que amara la intensidad, el calor fuerte, que quisiera que él incrustara su polla en su mojado ano tan fuerte y rápido como pudiera. TaeMin era tan receptivo a él que de alguna manera quería darle más. Echando un vistazo al lado de su rodilla sobre el sofá, donde TaeMin había abandonado el vibrador, de repente sabía qué otra cosa podía ofrecerle.

—Quieres más, chico travieso, ¿verdad? —Susurró cerca de su oído.

—Mmm, sí. Por favor. —TaeMin sonaba desesperado.

Tomando el vibrador incluso mientras continuaba deslizando su polla dentro y fuera de TaeMin, deslizó el eje rojo en su boca para humedecerlo, degustando los salados jugos que su interior había dejado atrás. Entonces, usando su mano libre para separar su culo un poco más, colocó la punta roma del vibrador en su apretado y pequeño agujero y poco a poco comenzó a empujarlo dentro, con cortos pero firmes embistes.

Debajo de él, TaeMin dejó escapar un gemido de sorpresa. —Oh, ¿tú estás... estás...? —Su interior se sentía tan lleno con la polla de MinHo y ahora el vibrador empujando fuertemente en su interior. TaeMin gimió de nuevo.

—Estoy follando tu culo con nuestro juguete rojo y mi polla.

—Oh, Dios. —TaeMin sonaba dudoso. —Esa cosa no es tan pequeña. Y yo nunca he...

—Shhh. —Le dijo. No, no era pequeño, pero él creía que podía tomarlo.

Dios sabía que TaeMin había tomado todo lo demás. Sentía que su cuerpo deseaba esto, que lo necesitaba, sin que TaeMin lo supiera. Como para confirmar el pensamiento, su ano se extendió un poco más, tomando la parte más gruesa del vibrador dentro.

—Ah... —Gimió debajo de él.

— ¿Se siente bien? —Él seguía metiendo su miembro suavemente en su interior, incluso mientras empujaba el segundo eje más profundo.

—Mmm... Oh Dios... sí.

Pronto él estaba deslizando el vibrador dentro y fuera de su pequeño culo al mismo ritmo que metía su pene.

*~*~*~*~*

El placer de ser doblemente follado era casi irresistible para TaeMin. Gritó ante todos y cada uno de los empujes, sintiendo como si su culo podría romperse en cualquier segundo... pero Dios mío, esto era bueno. TaeMin no podía creer que pudiera soportar una doble penetración... nunca había sido follado de esa manera antes y nunca esperó serlo, sentir la enorme polla de MinHo y el juguete rojo salir y entrar de su ano y dar justamente en su punto G era enloquecedor.

Moler, moler, moler... los dos ejes lo penetraban, llenándolo más allá de toda comprensión, haciéndolo tan débil que era todo lo que podía hacer para no colapsar bajo el peso de tal embriagadora felicidad. Y justo cuando estaba empezando a preguntarse cuánto tiempo más sería capaz de soportar la increíblemente exhaustiva follada, MinHo sacó su polla fuera de TaeMin.

— ¿Qu...qué estás haciendo?— Su voz fue más suave que antes.

—Dándote algo que necesitas aún más.

TaeMin no se movió ni un centímetro, consciente de que él aún sostenía el vibrador en su culo. Se sentía extraño, no sentir la calidez y dureza del miembro de MinHo en su interior.

Lentamente, él alto se maniobró sobre su espalda, sin dejar de sostener el juguete dentro de TaeMin, hasta que deslizó su cabeza entre sus muslos. Sorprendentemente, todavía estaba usando su sexy sombrero de Santa, recordándole cómo este delicioso juego de seducción había comenzado.

Sonriéndole, arrastró su lengua a través del miembro necesitado del menor. TaeMin se estremeció, el movimiento condujo el vibrador en su culo un poco más profundo, lo cual envió otra sacudida de placer hacia todo su cuerpo... Dios, era como un sensual juego de ping-pong en su región inferior. Sin embargo, TaeMin estuvo más preparado para su siguiente lamida, así que se hundió en esta, empujando su hinchado miembro en la boca de “santa”, nada nervioso por impulsar su culo más lejos sobre el vibrador.

— ¿Puedes encenderlo? —Ronroneó TaeMin, al darse cuenta por primera vez que podría tener todavía más sensaciones placenteras.

—Oh síp, bebe. —Gruñó, claramente excitado por la solicitud, y un segundo después el eje vino a la vida, tarareando gratamente en su súper apretado pasaje.

Hablando de placer embriagador. Tuvo que apretar sus dientes para soportar las fuertes y llenadoras sensaciones que zumbaban a través de TaeMin mientras él lamía su pene necesitado y follaba su culo al mismo tiempo. TaeMin se arrojó a sí mismo más profundamente, queriendo todo el disfrute que pudiera tomar, empujando su cadera contra su ocupada boca, meciéndose hacia atrás contra el vibrador en su culo.

—Oooh sip. —Gimió TaeMin mientras su culo se apretaba alrededor de la herramienta zumbando.

TaeMin bajó su mirada a sus cálidos ojos castaños mientras chupaba su polla y lo encontró mirándolo. Se lamió sus labios mientras se pellizcaba sus sensibles pezones entre sus dedos, enviando ráfagas de espeso placer a través de su pecho y hacia abajo. 

Separo mas las piernas para que MinHo pudiera trabajar mejor en él, todavía medio cubierto por el lujurioso terciopelo. El ajustado corsé se movió contra su cuerpo, haciéndolo sentir como si estuviera siendo acariciado por todas partes.

—Lámeme, Santa. —Susurró. —Y sigue follando mi culo. Me estoy acercando. Muy cerca. 

—Mmm, sí, el deseo estaba torciéndose más y más fuerte dentro de TaeMin, a toda velocidad por el camino hacia la deliciosa satisfacción. —Oh, síp, cerca, santa. —Susurró.

—Tan jodidamente cerca. Tan... oh, Dios, me voy a correr. Me estoy…— Un orgasmo súper-cargado como ninguno que jamás hubiera conocido rugió a través suyo, interrumpiendo sus palabras con un tremendo gemido. Dejó escapar feroces gritos con cada duro pulso de un clímax que fue tan fuerte, tan intenso y extraño, que era casi doloroso aun cuando le entregaba el máximo placer.

Por último, las frenéticas contracciones se desvanecieron, dejando sus miembros inestables, su cuerpo agotado, sin embargo... Oh Dios, esto nunca le sucedió a TaeMin. Nunca. 

Todavía estaba excitado. Había tenido un montón de orgasmos múltiples, pero siempre tomaba un poco de tiempo reiniciar su cuerpo, conseguir que su pene se endureciera de nuevo. Ahora, su polla estaba dura e incluso dolía y su ano ya estaba hambriento, todo su cuerpo zumbaba con corrientes eléctricas incluso a pesar de que MinHo acababa de retirar el vibrador. Y esta nueva excitación trajo consigo un furioso y fuerte deseo que superaba su debilidad y lo transformaba en un animal agresivo, un hombre que necesitaba más de MinHo y lo iba a tomar. No más esclavo sexual esta noche. MinHo había tenido su diversión, su turno para la dominación... ahora era momento que TaeMin tuviera la última palabra.

—Siéntate. —Dijo ásperamente, retrocediendo de él y agarrando sus brazos para acelerar el proceso.

En el momento en que él obedeció, TaeMin levantó una rodilla a través de su regazo y empujó sus hombros hacia atrás contra el sofá. Una mirada hacia abajo a su polla reveló que él todavía estaba bien duro por TaeMin, así que no perdió el tiempo, se levantó sobre sus rodillas y bajó su necesitado y caliente interior sobre el gran eje.

Oooh, sí... su placer se agravó con cada centimetro que tomaba dentro. Cuando hundió su peso sobre sus caderas, tragando su polla entera en su interior, la sensación era casi abrumadora, esta posición particular hacia que su eje se sintiera aún más grande. Era como si estuviera estirando los límites de su ano, obligándolo a acomodarse a algo mucho más grande de lo que alguna vez hubiera tenido. Apretó sus dientes, atrapado entre el placer y el dolor, adaptándose a la masiva columna empalándolo.

—Tan grande. —Susurró.

— ¿Puedes manejarla?— Su tono de voz transmitía un sexual desafío.

—Por supuesto que puedo manejarla. Me encanta. —Y así lo hizo. Incluso si en esta posición tomaba algo de tiempo acostumbrarse a él, TaeMin adoraba su gran polla; la mera visión de su gran herramienta era suficiente para que se humedeciera y endureciera, mantenerlo mojado y duro por siempre.

Poco a poco, empezó a cabalgarlo mientras su ano se acostumbraba a lo inmenso que se sentía dentro de su interior ahora. Y pronto estaba balanceándose, follando, y moviéndose en pequeños círculos, tan rápidamente, que percibió otro orgasmo en el horizonte, y su miembro estaba rogándole que se frotara contra la base de su polla. MinHo deslizo sus manos desde sus caderas hasta llegar a su pecho expuesto, rastrillando sus pulgares a través de los tensos pezones rosados como si estuviera tocando un instrumento.

Ambos estaban jadeando cuando TaeMin dijo: —Esto es igual a una fantasía que tenía, salvo que estábamos en tu gran sillón rojo de Santa, y tenías tú traje de Santa y yo mí traje de elfo.

MinHo sonrió. —Eso es caliente, bebe. Pero esto es mejor.

— ¿Por qué?—Sus ojos brillaron con picardía. —Porque aquí, puedo hacer esto.

TaeMin lanzó un grito de sorpresa cuando el vibrador encontró su culo de nuevo. Esta vez él lo deslizó mucho más fácil, una vez más llenando completamente su agujero. Él empezó a chupar su pezón, tirando con fuerza en su boca mientras follaba su culo con el juguete y su gran y hermosa polla, con la mano libre MinHo comenzó a bombear lentamente su miembro necesitado.

Esto era demasiado, demasiadas sensaciones para soportarlo, pero por otro lado, tal vez era justo lo suficiente porque... oh sí... ¡oh Dios! Las olas de placer rompieron de nuevo, duras y furiosas, golpeando a través de TaeMin como calientes latidos centrados en su polla y su ano.

— ¡Me estoy corriendo! ¡Me estoy corriendo, MinHo!

TaeMin montó el clímax, casi superado por la forma en que MinHo complacía todos los puntos sensibles en su cuerpo al mismo tiempo, y esta vez, cuando el orgasmo se desvaneció, realmente estaba agotado. Pero se las arregló para seguir montándolo, agitándose para follarlo aún más duro cuando él gritó:

—Oh, Dios, TaeMin... ¡Yo también!

A medida que él bombea su dura polla para arriba en TaeMin, se quedó inmóvil, y cuando las pulsantes sensaciones vibraron contra las paredes internas de su ano, llenándolo de un nuevo tipo de felicidad. MinHo gimió con cada explosión, y a TaeMin le encantaba haberlo llevado tan profundo en el placer.

Cuando sus gemidos disminuyeron a jadeos, cuando su cuerpo se revolvió aún debajo suyo, TaeMin puso sus manos en sus mejillas y le dio un beso. Su primer beso.

Tenía la sensación de que sería el primero de muchos.

*~*~*~*~*

Una hora más tarde, TaeMin se acurrucó desnudo con MinHo en el sofá bajo una manta. Mordisquearon las galletas que TaeMin había traído y bebieron ponche con licor mientras Miracle on 34th Street sonaba desde de la televisión en blanco y negro, enviando un nuevo brillo a través del oscuro cuarto para competir con la luz del fuego.

Colocando su copa a un lado sobre la mesa de café, TaeMin se acurrucó contra su ancho y musculoso pecho.

—Me alegro de que me invitaras para tomar ponche esta noche. —Dijo TaeMin con una sonrisa juguetona.

La sonrisa de MinHo era igual de juguetona. —Tal vez podamos hacer esto todos los años.

—Mmm, una nueva razón para esperar la Navidad.

MinHo le dio a su cabeza una inclinación perezosa y confiada. —Bueno, tal vez no tiene por qué ser sólo en Navidad. Siempre y cuando tengas la necesidad de ser travieso, puedes tenerme todo el tiempo.

Debajo de la manta, su pene comenzó a sentir un nuevo hormigueo. TaeMin se apartó de su acogedor abrazo lo suficiente como para cepillar sus perlados pezones contra su musculoso estómago.

—Estoy teniendo la necesidad de ser malo en estos momentos.

—Mmm. —Él gimió, dejando a un lado la lata de galletas. Su mano desapareció debajo de la manta para descansar en la cara interna del muslo de TaeMin. — ¿Sabes cuánto tiempo he estado esperando por una persona que le gustara jugar el tipo de juego que jugamos esta noche? — TaeMin sacudió la cabeza.

—Demasiado tiempo, bebe. Demasiado tiempo. Y pensar que tú estabas ahí todo el tiempo. No tenía ni idea de lo caliente y sexy que podías ser, TaeMin. Pero este es el mejor regalo de Navidad que podría obtener.

TaeMin lo deseaba de nuevo, desesperadamente ahora, así que tiró de él en un largo y lento beso, su lengua gentilmente combatiendo con la suya mientras los dedos de él se hundían suavemente en su abertura. Su ano comenzó a humedecerse de satisfacción.

— ¿Sabes cuál es la moraleja de esta historia? —Él preguntó.

TaeMin sacudió su cabeza y vio su sonrisa ampliarse.

—Los chicos malos no reciben nada, excepto a MinHo para Navidad.

Fin


~*~*~

bien llegamos al final de esta pequeña adaptación, espero lo hayan disfrutado tanto como yo el adaptarla..!! nos estamos leyendo pronto~

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