domingo, 13 de abril de 2014

Capitulo 1.- No sin Corazón

Capítulo Uno
No sin corazón.



HeyLel, conocido entre su séquito como Siwon, estaba furioso, había perdido una de las cosas más preciadas para los ángeles, sus blancas alas ya que ahora las plumas que las adornaban eran oscuras y opacas, habían sido carcomidas por las llamas.
Gruñó molesto mientras se adentraba en la profundad de las cavernas seguido por aquél grupo de sus semejantes; su nuevo escondite, o mejor dicho, su nuevo hogar sería bajo los preciados jardines que tapizaban la preciada tierra del creador.

—¿Qué rayos es este lugar?— masculló Heechul, de cabello largo y oscuro como la noche, era el segundo al mando y el favorito de HeyLel.

—Será nuestro nuevo hogar— respondió se manera seca.

—Es muy fría, ¿no crees?—, su cantarina voz retumbó gracias al eco que causaban las paredes hechas de roca.

—¿Y qué sugieres?— indagó levantando una ceja.

—Hay que ser creativos— se adelantó unos pasos hasta que encontró un área más amplia en la oscuridad de aquella caverna, ya que sólo habían estado caminando por estrechos pasillos adentrándose hasta lo más profundo de la tierra; —si el fuego fue quien nos convirtió en esto—, señaló sus ennegrecidas alas, —que sea el fuego nuestro emblema—; levantó ambos brazos por sobre su cabeza y las llamas rojas aparecieron a su alrededor.

—¿Emblema?— cuestionó y se acercó hacia una roca incandescente, la tocó y sólo siseó cuando hizo contacto con su piel.

—Si en el cielo todo es goce y tranquilidad, aquí también lo puede ser cariño—, se acercó contoneando suavemente sus caderas hasta quedar a solo escasos centímetros de su boca, —disfrutaremos en este lugar, la calidez de las llamas será eterna—; depositó un beso lento en sus labios.

Siwon sonrió una vez que se separó de él; era una buena idea, si allá arriba todo era fértil y vivo, aquí abajo se encargaría de hacer lo contrario.

Una vez que HeyLel dio su aprobación, sus seguidores comenzaron a danzar mientras provocaban que más fuego emergiera de la nada, haciendo que las rocas ardieran al rojo vivo adornando su nuevo hogar; y justo, en lo más profundo de todo, el gran trono de Siwon fue colocado; era tan o más grande e imponente que aquél que envidiaba, su color ocre lo hacía lucir viejo, antiguo y sobre todo denotaba poder.

Extasiado al ver cómo era tratado y servido como un rey por sus admiradores, su corazón se ensanchó llenándose de ese goce y de esas ganas de querer más, era la alegría que aún su pecho podía concebir, puesto que su naturaleza, aunque quisiera negarla, era divina, y la alegría era una de sus virtudes.

—Creo que este lugar me agradará—, Heechul llegó a la enorme sala donde únicamente el trono ocre relucía entre las llamas.
—¿Por toda la eternidad?— Siwon se puso de pie para bajar por los cinco escalones que enaltecían su preciado trono.

—Si estoy junto a ti, por toda la eternidad— afirmó el de larga cabellera antes de fundirse en un beso húmedo con su pareja; porque sí, no sólo era el segundo al mando por su capacidad de persuasión, lo era porque compartía algo más que sólo las ansias de poder con Siwon; compartían un sentimiento desde mucho antes de ser relegados del cielo.

~*~*~*~

Se adentraron a los aposentos de Siwon, comiéndose la boca, compartiendo sus salivas mientras sus lenguas sostenían una batalla por el domino de la boca del contrario, Siwon sujetó a HeeChul de su larga melena y lo jalo, exponiendo su blanco y delicado cuello que llenó de mordidas y succiones, el castaño se dedicaba a gemir y gritar por todas las sensaciones a la que su cuerpo estaba siendo sometido, una combinación de dolor y placer.

No se quiso quedar atrás y comenzó a masajear el miembro ya erecto de su Creador; al recibir tal atención de parte de su amante, Siwon despojo de sus ropas obscuras a Hee, y comenzó a mordisquear, jalar y lamer esos botoncitos tan tentadores, jamás se había sentido tan bien el poder dominar a su pareja, el placer se incrementaba con cada jalón de cabello, con cada mordida y el calor comenzó a subir.

Empujo a Heechul de los hombros con demasiado fuerza que se quejo cuando sus rodillas tocaron el suelo, tomo su melena y empujo su miembro a la boca hambrienta de su amante que lo recibía gustoso, saboreando cada gota de ese néctar que se escapaba de la cabeza de su amo, lamia cada vena que palpitaba bajo su lengua áspera y caliente.

—Siwi, por favor ya no aguanto— rogaba el castaño, para que su rey, su Dios lo tomara, —espera un poco más Hee, tu boca realmente es el paraíso— una sonrisa burlona apareció en sus labios al comparar de esa manera, aquel acto tan carnal y lleno de lujuria con su anterior hogar.

—Aliméntame, dame de tu esencia— rogaba el demonio menor, —ruega por ella bebé— la sonrisa torcida que no se alejaba del rostro de Siwon sólo logro encender más a su amante, — por favor, Mi Dios— sucumbió el menor ante los pedidos de su amante y sintió el chorro caliente deslizarse por su garganta, calentando sus entrañas; sonrió victorioso por lograr ser la razón del disfrute de su amor.

Así como estaba, se inclinó y pegó su pecho y rostro contra el suelo caliente, no sabía si era el calor que sus cuerpos emanaban, el de las llamas eternas que aquél lugar, o ambos; separó su piernas y levanto su trasero, ofreciéndose sumiso para que Siwon lo tomara una vez más.

El demonio no se hizo esperar y de una sola estocada reclamo lo que era suyo, Hee solo dejo salir un grito ahogado de dolor y placer, Siwon no espero a que el menor se acostumbrara a tenerlo dentro y comenzó a penetrarlo fuerte y constante, sacando gruñidos, jadeos y gemidos de ambas bocas, disfrutando al máximo de su acto carnal.
—Más... más fuerte— pedía, perdido en el placer y la lujuria. —Lo que ordenes, mi reina— y las estocadas adquirieron un ritmo más salvaje. En el recinto solo se podía escuchar el sonido sucio de las pieles chocando una contra la otra, y el sonido delirante de los testículos del demonio chocando contra la suave piel de las nalgas del otro.

—HeeChul, eres tan estrecho, ahh~...estar dentro de ti es el p-paraiso,a-ahh— gemía sobre su oreja, sin dejar de embestir el cuerpo de su amante, con solo esas palabras y sentir el tibio aliento, la calidez y la humedad de la lengua de su AMO sobre su oreja, llevo al castaño a derretirse por completo. —si, s-si, Siwi m-me.. me~— derramo su semilla so-bre el suelo caliente, su orgasmo lo sacudió tan fuerte que apretó aun mas su cavidad anal, arrastrando consigo al demonio mayor, que se derramo dentro de él.

—Eso fue increíble, Hee— dijo Siwon aun dentro del menor y besando sus labios en un acto tierno, casi romántico.
~*~*~*~

El tiempo pasó y poco a poco los humanos en la superficie comenzaron a tener mayor acercamiento con su creador; eso molestó mucho a Siwon, en especial porque eran muy obedientes y "sumisos"; debía tramar un plan para hacer que esa relación que tenían se rompiera, debía hacer que traicionaran al supremo; lo haría, costara lo que le costara.

Mientras tanto, Heechul se hallaba observando lo que sucedía en la superficie, ya había notado la forma en la cual el creador se comunicaba con ellos, ya sabía cuál era el ritual para obtener sus alimentos, para encontrar un compañero, para multiplicarse, para todo; los tenía bien vigilados. Había llegado a la conclusión de que si alguna catástrofe ocurría estaban completamente indefensos, no poseían pelo en gran parte de sus cuerpos y sus dientes no eran muy afilados; sin embargo lo tenían todo, en realidad no tenían por qué preocuparse por nada; nada les faltaba en ese jardín llamado Edén.

Notó cómo una mujer cerca del rio gritaba del dolor y su estomago abultado se contraía, mientras un hombre la sostenía de la espalda, supuso que estaba dándole apoyo; la mujer arrojo un pedazo de carne de su cuerpo que el demonio no logro distinguir bien y el hombre corrió a sujetar y levantarlo del suelo. Instantes después, el humano con voz temblorosa masculló algo en un lenguaje que el demonio desconocía y luego arrojó el bulto al suelo, la mujer vio expectante al hombre parado frente a ella, los mortales seguían hablando en ese lenguaje desconocido para él; observó cómo la mujer se levantó y tomó entre sus manos el bulto que yacía en el suelo, su cara cambió a una de total horror al ver a la pequeña cosa que sostenía, una vez más el pedazo de carne fue arrojado al suelo y golpeado infinidad de veces con una roca; después ambos tomaron el pequeño bulto y lo arrojaron al vacío, por una grieta no muy lejana a una de las entradas de lo que ahora llamaban infierno. 

Con pasos tardíos, Heechul fue hasta el lugar donde había caído el pequeño bulto y lo examinó; era un pequeño humano, por la suavidad de sus huesos tiernos, la caída y los golpes no los había fracturado por completo sus extremidades, pero se dio cuenta que al pequeño humano le faltaba la mitad de su brazo estaba lleno de sangre y de un líquido viscoso blanquecino, gracias a esos fluidos la tierra se había impregnado en su rostro que no estaba del todo formado. Un pequeño humano deforme, al que le había sido negado vivir, había sido arrojado prácticamente a sus puertas. Lo cogió y la chispa que creyó muerta en su corazón se avivó, sintió algo que le impidió ignorar ese pequeño cuerpo sin vida, algo que lo incitó a protegerlo y cuidarlo.

Pero, ¿cómo cuidar de algo que había muerto? Entonces recordó que una vez, su hermano, Kibum, uno de los guardianes del Ridit, le había contado sobre lo que sucedía con la esencia de los humanos que morían; según él, una luz bajaba por las almas y las llevaba de regreso al cielo. Heechul no permitiría eso, y antes de que la esencia del menor fuera arrebatada de la tierra, lo tomó entre sus brazos y se adentró a su escondite.

Estando en una de las cuevas oscuras y solitarias colocó al pequeño sobre una piedra, le quitó las hojas secas que lo envolvían y limpió su carita la cual ya estaba quedando amoratada por los golpes que causaron su muerte y al descender por el barranco; entonces Heechul tomó una de sus alas y la arrancó de su espalda, eso le provocó lanzar un grito de dolor, pero no se detuvo. Su ala estaba rota y quemada pero serviría, debía darle una parte de él, así que cerró los ojos y se concentró para convertir esa ala en un cristal de colores, eran sus sentimientos, emociones y virtudes, los cuales colocó en el pecho del infante, atravesó su piel y se convirtió en su corazón. Pero el pequeño no respiraba, su cuerpecito aún seguía frio y el corazón que le dio no latía, decidido se adentró más en la cueva, en busca del único ser que era capaz de ayudarlo en esos momentos. 

Los ojos de Siwon casi se salieron de sus cuencas al ver a un pequeño bulto rosado en los brazos de su amante; —¿qué es eso?— indagó nervioso, sabía lo que era, una cría de humano, pero aún así lo preguntó.
—Es nuestro hijo— dijo sonriente.
Por unos instantes la respuesta lo descolocó, pero luego se echó a reír, —no seas absurdo—; era obvio que ellos no podían procrear.
—Los humanos no lo quisieron, no veo porqué no podemos quedárnoslo—
—Es un mortal, ¿qué no lo entiendes?, no tiene sentido quedarnos con él—
—Era un mortal; la luz demoró en venir por él así que hice que su esencia regresara a su cuerpo; le di una de mis alas—
—¡¿Qué?! —, gritó enojado e inquieto al mismo tiempo, — Hee, acaso estas demente, ¿por qué le diste una de tus alas?— dijo ya más calmado pero aun así preocupado por su amante.
—Porque quiero quedarme con él—
—Entiende que eso no es un juguete que recoges así como así— habló el mayor con voz severa, para tratar que HeeChul entrara en razón.
—Por favor quiero quedarme con este pequeño—, rogaba ya casi con lágrimas en los ojos, entonces una idea que supo podría convencerlo llegó a su mente, —piénsalo ser-ías como el creador si logras darle vida a este ser—
—¿Cc... cómo?—, parpadeó ante lo que oyó, pero luego le vio sentido a las cosas.
Descubrió uno de sus brazos y con sus afiladas uñas se rasgó la vena principal, un corte limpio y profundo; acercó su brazo chorreante de sangre a la boca del neonato; la sangre negra, corrompida del demonio se adentro en el cuerpo del pequeño, llenando sus venas y haciendo latir su corazón.
— Ahora se mueve gracias a un corazón similar al tuyo y al mío; por sus venas corre tu sangre y posee parte de nuestras virtudes—, explicó Heechul.
—¡Perfecto!—,sonrió con malicia, ahora era igual al supremo, el también tenía el poder de dar vida; y lo que más lo llenaba de regocijo es que tenía algo que el creador no, al menos tener lo que antes era un humano ya era ganancia; —Y... ¿cuál es su nombre?—, sonrió de lado.
—Lo llamaremos Minho—; contestó Heechul orgulloso.
Y en instantes el eco de un llanto invadió el infierno.

2 comentarios:

  1. ^.^ Me gusto mucho el cap, en verdad que si....

    A pesar de ser demonios y del querer ir contra su creador, Siwon no puede negarle nada a su amado...

    Gracias por el capitulo, ya quiero ver que es lo que pasara de ahora en adelante con su hijo

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  2. wooooooooooow!!!! esta super genial!!! y eso que es el primer cap :)
    así que es Minho? ya quiero leer que pasa despues!!! :D

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