domingo, 13 de octubre de 2013

M.C. Capitulo 15.- Hogar




TaeMin le costó un rato encontrar a Minho. No estaba en ninguna de las habitaciones de abajo, Así que subió a buscarlo arriba, donde le encontró sentado recostado en uno de los grandes sofas junto a la chimenea, con los pies descalzos apoyados sobre la mesa.

Acababa de darse una ducha. Tenía el pelo mojado e iba vestido con su bata de felpa blanca. Había un vaso de lo que debía ser su whisky favorito sobre la alfombra, pero no debía haberlo tocado, ya que debía haberse quedado dormido nada más sentarse.

“Por el cambio de horario”, se dijo, y con cuidado de no despertarlo, cerró la puerta y se quedó contemplándolo. Aquel era el hombre al que amaba. El hombre que lo quería tanto que había sido capaz de rogar a su hermano mayor, casarse con él, rodearlo de lujos y arrullarlo en la oscuridad inquietante de su poderosa sensualidad. Había luchado por él,  arriesgándose incluso a quedar en ridículo delante de los demás, y para colmo, había dejado su orgullo a un lado al pedirle a Siwon que le expusiera la verdad.

La verdad.

Una verdad que se merecía otra, decidió, y tras saciar la mirada con su imagen, entró en el dormitorio.

Estaba empezando a despertarse cuando volvió con el pelo suelto, tal y como le gustaba a MinHo, recién duchado y envuelto en otra esponjosa bata de baño también blanca.

El corazón le latía demasiado deprisa, porque había necesitado armarse de valor para acercarse a él así, ya que no sabía de qué humor iba a encontrarlo.

Seguía teniendo los ojos cerrados, pero había bajado la mano para alcanzar el vaso de whisky.

‑Hola -le dijo en voz baja.

Minho abrió despacio los ojos.

‑¿Ya has conseguido la verdad que querías? ‑le preguntó, implacable.

‑Sí –le contestó con una sonrisa llena de dulzura.

‑¿Y qué te ha parecido?

‑Muy bien.

Entonces, antes de que el pudiera protestar, le quitó el vaso de la mano y se sentó en su regazo.

‑ ¿Puedo besarte por ello, o estás aún demasiado enfadado conmigo como para eso? – Choi no contestó, y la seriedad de su rostro siguió siendo la misma. No iba a ponérselo fácil.

‑También puedo volver a marcharme, si te da lo mismo ‑ofreció.

Nada. Ni siquiera un parpadeó.

‑El problema es ‑continuó en vena trágica‑, que eres demasiado viejo para mí...
No funcionó.

‑Lo sé ‑contestó él, con igual seriedad.

Taemin suspiró.

‑Tienes más  años que yo de experiencia, y no es justo.

Choi lo miró a los ojos.

‑¿Me estás pidiendo que te espere los años que te faltan, mientras tú te pones al día?

‑¿Para qué serviría? ‑suspiró‑. Siempre me llevarías los mismos años  de ventaja.

‑Bueno... ‑cerró los ojos‑. Si te sientes mejor, te diré que me siento cincuenta años mayor que tu... y eso es realmente trágico.

‑¡Pobre abuelito mío! ‑se lamentó, y sujetándole la cara entre las manos, lo besó.

Aquello tomo desprevenido al mayor, y al principio no respondió; más bien al contrario. Pero ya que había cobrado la ventaja de la sorpresa, decidió seguir adelante, hasta que sintió que la tensión iba abandonándolo, que dejaba de intentar apartarlo y que lo besaba a su vez.

‑¿Y esto, por qué? ‑le preguntó al castaño cuando se separó de él.

‑Pues porque, viejo o joven, te quiero ‑contestó.

Pero no fue tan fácil.

‑¿Dónde está Siwon? ‑preguntó, como si relacionara inmediatamente el concepto del amor con el nombre de su hermano.

‑Se ha ido. Ha vuelto con su precioso esposo que no sabría cómo besar ni leyéndolo en un libro de instrucciones.

Minho arqueó las cejas.

‑¿Siwon te ha dicho eso?

‑No, fuiste tú. Aunque creer una sola palabra de lo que tu digas, sabiendo tan bien que mientes, es un riesgo que no sé si correr...

‑Ah, ya. Así que te lo ha contado todo, ¿no?

‑Se siente culpable por haberte forzado a rogarle que me dejara.

‑¿Rogarle? ‑protestó‑. Qué cínico. ¡Lo amenacé con matarlo si no se dejaba de juegos, pero me niego a que me acusen de suplicar!

Taemin se encogió de hombros.

‑Bueno... él lo vio así, y de todas formas ‑sonrió, delicioso‑, yo prefiero imaginarte rogándole que me dejara plantado para poder ocupar tú su lugar.

‑Si yo estuviera en tu lugar, tendría cuidado con qué terreno pisas, porque sigo muy enfadado contigo.

-Ya…Pero es que te he traído un regalo. Una pipa de la paz si lo prefieres.

Y vio cómo se mordía suavemente el labio, lo miró a los ojos esperando una respuesta:

Era una mirada que MinHo ya había visto antes, justo en medio del mercado callejero más bullicioso del mundo, y sus ojos se oscurecieron al recordarlo. Aquella mirada juguetona y sensual podía hacerlo enloquecer, y sus sentidos reaccionaron como los navegantes ante los cantos de sirenas.

‑Está bien ‑se rindió‑. ¿Qué clase de regalo?

Taemin fue a desabrocharse el cinturón de la bata, pero Choi lo sujetó.

‑¿Qué estás haciendo?

‑Abrir tu regalo ‑contestó‑. Soy yo. Es decir, si todavía me quieres después de la estupidez que he cometido hoy...

Minho cerró un instante los ojos y cuando volvió a abrirlos, sus iris casi habían desaparecido.

‑Ven aquí ‑gimió, tirando de TaeMin‑. ¿Tan ciego estás que no eres capaz de ver cuando un hombre está enamorado de ti de pies a cabeza?

‑Supongo que sí ‑se lamentó‑. ¡Pero yo también estoy enamorado de ti de pies a cabeza, Minho! Llevo tanto tiempo estándolo que casi no recuerdo cómo era antes mi vida.

‑Bien ‑contestó el moreno antes de besarlo‑. Y espero que sigas así, porque pienso poseer cada instante de tu vida.

‑¿Y crees que no voy a hacer yo lo mismo con la tuya? Así que, como vuelva a verte dándole a Heenchul un beso, aunque sea el más fraternal, desaparezco.

‑Ese hombre es un verdadero dolor de cabeza ‑se quejó‑. Era un dolor de cabeza cuando se encaprichó conmigo hace unos años, y sigue siendo un fastidio ahora. Fue a buscarme al aeropuerto para acompañarme hasta el Connaught a intentar convencerme de que perdonara a Siwon por cómo te había utilizado.

‑¿Por qué al Connaught?

‑Siwon ha vendido su apartamento, así que por ahora, viven allí. Después van a marcharse a Chicago. Siwon va a asociarse con su suegro. Y, con sinceridad, creo que le sentara bien salir de mi sombra.

‑Aún no le has perdonado, ¿verdad?

Choi solo se encogió de hombros.

‑A pesar del encanto que aparenta, no es una buena persona.

‑Lo sé ‑Taemin suspiró‑. Pero creo que, al menos, está empezando a darse cuenta de ello, si es, que te sirve de consuelo.

‑El único consuelo que necesito ahora es que tú me asegures que soy lo que tú quieres de verdad, y no sólo  soy el sustituto de Siwon.

‑No digas eso, por favor ‑susurró al ver una sombra de incertidumbre en sus ojos‑. Siento que el hecho de que Siwon y yo estuviéramos a punto de casarnos te hiciera daño, Minho, pero no encuentro la forma de conseguir que lo olvides. Pero lo que sí puedo decirte es que la primera vez que te vi en la reunión en donde  Siwon nos presentó y él  y yo nos comprometimos me obsesionaba, tanto que lo que más me preocupaba era lo que tú pudieras pensar de mí. Quizás ya estaba enamorándome de ti sin saberlo ‑sugirió‑. Es posible que estuviera tan asustado que no me atreviera a analizar por qué me inquietabas tanto.

Para sorpresa de Taemin, él empezó a sonreír.

‑Aun a riesgo de parecer arrogante ‑bromeó‑, soy lo bastante hombre como para saber lo que valgo. Sólo necesitaba tener tiempo para estar contigo. Un tiempo que pensé que no iba a conseguir...

-Eso es lo que dijiste hablando por teléfono desde JeJu ‑recordó el castaño.

‑También dije que estaba enamorado de ti, pero tú decidiste creer que me refería a Heenchul.

‑Lo siento ‑se disculpó en voz baja.

‑No lo sientas. Para serte sincero, hasta sentí cierto alivio cuando malinterpretaste la conversación, porque así me quedaba algo de orgullo intacto.

‑Mientras empleabas las dos semanas siguientes en abusar de mí.

‑Habría que aclarar quien abusaba de quién ‑se burló Choi.

‑¡Eh, eh! Ten cuidado con lo que dices, porque tengo un testigo.- Y le mostró la muñeca con el reloj de Minnie.

‑Pero yo también lo tengo ‑contestó el mayor, y del bolsillo de la bata sacó el Buda de jade‑. Dijiste: que tengas suerte, Minho, ¿te acuerdas? Pues he tenido suerte, Taemin ‑añadió‑. Mucha suerte.

Y lo besó con infinita ternura.

‑Ven ‑susurró TaeMin, tirando de su mano para que se levantara del sofa.

‑¿Adónde vamos?

‑A abrir tu regalo ‑contestó, tirando de él hacia el dormitorio.


Su dormitorio. Su hogar. Su vida. Su amor.


Nada de mentiras, ni de ilusiones, porque aquella era la verdad. La única verdad:

MinHo amaba a  TaeMin y TaeMin amaba a MinHo. Una verdad tan sencilla y gloriosa Nada más.





NOTa: bueno este cap dedicado a Mona por el diseño del blog!!... Gracias MONA!!... bueno fin se acabo!!

4 comentarios:

  1. WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! este capitulo es mioo-presume-

    QUE HERMOSO FIC!! Desde que lo comenzaste hasta ahora me encantooo cada capitulo

    MINHO SIEMPRE AMARA A TAEMIN <3

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  2. “MinHo amaba a TaeMin y TaeMin amaba a MinHo”. Que hermoso.

    Este era el final que esperaba y no me decepcionó. Amé la historia desde que publicaste el primer capítulo en AY, luego cuando no la encontré me sentí muy desilusionada porque de verdad me había gustado mucho, no tienes idea de cuán grande fue mi emoción hallar este fanfic después de buscarlo por cielo, mar y tierra, literalmente. Gracias por no abandonar cuando creí que lo harías, por soportar mis insistencias las cuales quizás me tacharon contigo de fastidiosa y obstinada, por todos los minutos que disfruté mientras leía…

    Siento que me tomé demasiadas confianzas contigo al punto de tratarte como cualquiera conocida mía, y si alguna vez te molestó, te pido disculpas. Nos veremos pronto.

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    1. después de una década vengo a contestar y realmente tus palabras fueron y son las que me han motivado a seguir, no se la razón por la que has dejado de visitar el blog, extraño mucho tus comentarios.

      Y es un placer que me trates como a una conocida mas <3

      espero leerte pronto, de hecho me preocupa un que te hayas ido así sin dejar rastro, espero estés bien y te pongas en contacto conmigo..!! bsos

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  3. Me decepciono el final, Minho siempre manipulo a Taemin, incluso manipulo su felicidad solo para su conveniencia, si Taemin se casaba con Siwon y eso no prosperaba era problema de Taemin ¿por que Minho tubo que intervenir? en pocas palabras Siwon siempre iba a casarce con Tae y fue Minho el que lo impidió, no heechul, lo vio sufrir, llorar humillado, y siempre fue su culpa. Yo no lo hubiera perdonado, por lo visto Minho no lo amaba tanto como para dejarlo ser feliz con su hermano...

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