sábado, 3 de noviembre de 2012

I.D. Capitulo 1


En su habitación, miró el reflejo de su delgada figura en el espejo de cuerpo entero. Su cabello, delgado y largo en un color café ceniza estaba hacia atrás con gel. Los dos botones superiores de su camisa blanca estaban desabrochados. Su corbata amarilla y negra con rayas estaba anudada holgadamente. Una chaqueta parecía demasiado formal, así que se puso un cómodo chaleco en reemplazo. Deslizó un cinturón a través de las presillas de sus pantalones grises. Sus calcetines eran de un delicado negro.
Luego de ponerse sus lentes rojo oscuro, la imagen de un chico común de preparatoria estaba completa.
De frente al espejo, Taemin respiró profundo varias veces, lentamente.

Todo estaría bien. Lucía igual que ayer.

Para enfrentar a su enemigo, primero tenía que lucir fuerte en el exterior. Sus ojos chocolate  brillaban por detrás de sus lentes, los que estaban ahí sólo por propósitos cosméticos. Sus ojos proyectaban ingenuidad  y dulzura. Taemin echó un largo y duro vistazo a su reflejo.

Sin importar lo que hubiera pasado, no se acobardaría. No derramaría ninguna lágrima. Llevaría a cabo esto. Si no podía, el mundo no sería nada más que oscuridad. Sus gruesos  labios rojos  se apretaron mientras mentalmente se preparaba para el largo y duro día que se avecinaba.

Cumpliría 18 en un año. Sólo quedaban unos pocos meses para graduarse de la preparatoria. Sólo un poquito más.

Cada difícil día y noche que sobrevivía significaba que ese momento se acercaba a velocidad constante. Eso era lo que lo animaba a seguir; era su única esperanza, además del hecho de que aún seguía con vida.

Abandonando su habitación, bajó las escaleras. Entrando a la sala de estar, vio a su hermano, quien era dos años mayor que él, sentado en la mesa tomando el desayuno en el comedor contiguo. Su padre estaba frente al mayor, de espaldas a Taemin.

— Onew. También cómete las verduras, — su madre advirtió, parada en el fregadero, mientras se tomaba un descanso de lavar los platos.

Al tiempo que Onew pinchó las verduras que quedaban en su plato de ensalada con el tenedor, un ceño se expandió en su rostro.

— ¿Qué? — lloriqueó. — Sabes que no me gustan las cosas verdes.

— Tienes que comer una dieta balanceada. ¿Verdad, papá?
Al escuchar las palabras de su esposa, su padre dobló el periódico que estaba extendido sobre la mesa. — Sí. Si comes bien y trabajas duro, crecerás mucho y serás fuerte.

Era una escena matutina que uno podía ver en cualquier parte. Sólo Taemin no encajaba en ella.

¿Cuánto tiempo había sido así? ¿Cuánto tiempo su familia lo había excluido a él, el hijo menor? No se parecían en nada. Su hermano mayor era estudioso y amaba el básquetbol; tenía un bronceado durante todo el año. Toda la atención y amor de sus padres estaba dirigida hacia Onew. No es que Taemin haya hecho algo para hacer que lo odiaran.

Estaba acostumbrado a que ellos lo descuidaran; que su presencia fuese ignorada se había vuelto algo normal para él.

Taemin estaba atrapado en esta caja de casa y no era nada más que un compañero de cuarto para ellos. Eran una familia, pero aun así no lo eran. La sangre de sus padres corría por él, pero incluso era más desconocido para ellos que un extraño.

Para bien o para mal, tenía un rostro que había heredado la buena apariencia  de su madre; algo que lo había hecho vanidoso, incluso cuando todos a su alrededor lo molestaban por ello.

La autocompasión era imperdonable. Así que nunca le confesó a nadie lo mal que su familia lo había tratado. Mientras ponía algo de café, Taemin se comenzó a marear al ver la imagen de familia perfecta. Por supuesto, su madre nunca le preparaba comidas; se lo dejaba todo a Taemin. Se lo había expresado claramente muchas veces antes, pero ella nunca había reaccionado. Lo único que Taemin podía hacer en estas circunstancias era sólo tratar de acostumbrarse a este ambiente anormal lo más pronto posible.

Había una gigante brecha entre él y su familia. Sólo aceptando ese hecho se podría proteger.

Taemin incluso sacaba la basura. Escuchó una vez decir a su madre que los vecinos la habían felicitado por ello. Se había esforzado en escuchar lo que les había contestado, — Nuestra casa tiene una política de autonomia, así que los hemos educado para que sean responsables de sí mismos —. Al escuchar esto, todo su cuerpo se había petrificado de la rabia y su puño cerrado había comenzado a agitarse.

Desde  entonces, comenzó a detestar a su madre de piel gruesa desde el fondo de su corazón.

El nombre de Taemin, escrito con caracteres que significan “volver”. Sus padres lo habían llamado así con la esperanza de que la felicidad volviera a él una y otra vez.

— Oyeeee, Taemin Oppa.
— ¿…Nnmmm?

Incluso cuando la fina voz de la chica interrumpió su siesta, la conciencia de Taemin fue inducida cada vez más a un profundo sueño.

—¡Sabes que ahora tenemos Matemáticas! Si Choi te pilla durmiendo, definitivamente te va a hacer pasar al pizarron en clases, ¡así que es mejor que despiertes pronto!

Finalmente conmovido por el gentil tono de su voz, Taemin recordó que estaba sentado en la sala de clases. El ruido a su alrededor comenzó a aclararse, arrastrando su adormecida mente de vuelta a la realidad.

— Ah…oh, gracias —. Había puesto su cabeza sobre sus brazos cruzados, sobre su pupitre y, en algún punto, sus lentes debieron haberse torcido. Empujándolos con sus dedos hacia arriba, agradeció a la chica.

Que estaba sentada en el asiento de al lado del de Taemin y aparentemente había estado mirándolo fijamente. Cuando sus ojos se encontraron, ella sonrió, nerviosa.

—Uh…oh, de nada —. Se sonrojó ligeramente, sacudiendo su cabeza. Su sonrisa femenina y tímida era linda.

Taemin se rió entre dientes, con una suave expresión en su rostro. Quizá estaba estimulada por eso, porque incluso cuando no habían realmente hablado, a menos que fuese absolutamente necesario, comenzó a hablar con una voz eufórica.

— el profesor Choi es muy injusto, ¿verdad? Te reclamará incluso si te quedas dormido sólo un momento. Él ya me ha despertado antes. Además, su abrigo blanco es tan sucio, ¡incluso de cerca! Creo que sólo lo usa para poder sacudir el polvo de la tiza sobre él.

— ¿De verdad? — respondió, fingiendo interés. Le lanzó una sonrisa vaga. Incluso cuando no tenía razón para ello, sacó su celular del bolsillo de su pantalón y fingió revisar algo, para evitarla. Si se encerraba en su propio mundo, nadie podría seguirlo. Taemin alejaba a las personas a propósito, probablemente para parecer insensible.

Yuri estaba acostumbrada a la fría actitud de Taemin. No sólo no se enojó con él por cortar la conversación, sino que se torció para estar de frente a la chica en el asiento detrás de ella y balbuceó con emoción, — ¿Viste eso? ¡Se rió! ¡Se ve muuuy atractivo de cerca!

— ¡No es justo, Yuri! ¡Tú te sientas cerca de él! — una voz de desaprobación vino desde el asiento detrás de Yuri.

Después de eso, el chico sentado directamente detrás de Taemin lanzó un suspiro irritante. Los chicos en la clase  siempre se enojaban cuando las chicas se emocionaban así por él. Siempre había sido así. En la escuela primaria, escuela de ciclo medio y escuela preparatoria, las chicas siempre estaban locas por él, y siempre lo llamaban aparte y las chicas le confesaban sus sentimientos. Sin importar quién era, siempre las había rechazado y se había echado a correr un rumor a lo largo de la escuela de que él no saldría con nadie, pero incluso así, cada chica pensaba que era diferente y estaba decidida a asumir el desafío.

Se volvió tan molesta la situación, que dejó de ir a los lugares donde las chicas lo citaban para reunirse. Hasta que al final, las solicitudes fueron menos frecuentes.

Era sólo que no estaba interesado en las chicas de su edad, pero aun así, no estaba tratando de ser frio a propósito. Había rumores crueles sobre él, y las miradas celosas nunca desaparecieron.

Taemin estaba solo en todas partes: en la escuela y en su casa.

— Oh, así que eres muuuy atractivo de cerca, ¿no?

Con ese tono de voz, Taemin levantó la mirada. Un hombre estaba parado al lado del escritorio, vistiendo un abrigo blanco que parecía como si nunca lo hubiese lavado. Era el profesor de Matemáticas, choi Minho.

El asiento de Taemin era el segundo de adelante, así que parecía como si Minho hubiese escuchado la conversación mientras entraba en la sala.

La mirada fija y aguda del profesor no se enfocó en Yuri, sino en Taemin.

— Estoy celoso. Ojalá alguien dijera eso de mí —, dijo.
Quizá debido a su enojo porque todos estaban haciendo ruido después de que sonó la campana, la voz de  Minho sonó extrañamente infantil, y si alguien imaginaba que estaba hablando en serio, sonaba verdaderamente ridícula.

— ¿Por qué eres el único que sonríe? — demandó.
— Lo siento —. Taemin dejó deslizar una sonrisa.

Minho le lanzó una mirada furiosa de reojo. Taemin siguió sonriendo abiertamente, escondiendo su boca con su mano.

Con sólo seis años más que él, Minho vestía unas sandalias café que habían pasado de moda hace años.

Dio grandes zancadas y llegó al escritorio, luego abrió el libro de asistencia. Comenzó a nombrar rápidamente a los estudiantes, en un tono de voz bajo y molesto.

Taemin descansaba una mejilla en su mano y miraba fijamente al profesor con el rabillo del ojo. Minho medía cerca de 1, 80 metros, y tenía una complexión sólida.

“Puede que él sea el que se ve más atractivo de cerca, no yo”, pensó Taemin.

Justo como Yuri había dicho, Minho usaba un abrigo blanco que estaba muy sucio todo el año. No tenía una muy buena reputación entre los estudiantes. Sin embargo, no era feo. Tenía doble párpado, unos ojos grandes y profundos en color marron, su pelo negro mojado y reluciente estaba peinado hacia atrás, lo que complementaba sus rasgos duros y bien formados. Su nariz era perfecta. Sus labios gruesos y esponjosos. La comisura de sus labios aparecía dándole una mirada arrogante. Si se cuidara más, de seguro las estudiantes femeninas se agruparían frente a él.

Taemin se dio cuenta de que estaba lanzando una mirada de lástima a Minho, la que no era bienvenida. Sonrió a sí mismo con arrepentimiento.

Sabía muy bien cómo él no apreciaba a las chicas y ni siquiera le gustaba que coquetearan con él. Minho probablemente era igual, y no pensaba en las chicas de preparatoria de una forma sexual. Tal y como Taemin.

Al darse cuenta de esto, Taemin bajó la vista tristemente. Incluso si podía decir lo mismo acerca de ambos, sus razones serían completamente diferentes. Estiró sus brazos y dejó salir un largo suspiro.

Volteando, se dio cuenta de que la mirada fija y ferviente de Yuri estaba una vez más enfocada en él. Si daba cualquier señal de que reconocía su mirada, toda la clase se daría cuenta. Estaba harto de la insistencia de sus acosadoras, pero podrían pensar que era engreído, así que vaciló.

Se preguntó cómo se veía en los fríos ojos de Minho. Mientras copiaba la fórmula del pizarrón, la duda comenzó a crecer dentro de él.

 Había pensado que él y Minho tenían la misma mente, pero se dio cuenta de que probablemente el profesor era completamente indiferente a él.

Para el profesor Choi Minho, él era un estudiante tranquilo, el cual era difícil de tratar. Eso era lo que probablemente pensaba el profesor de Taemin.

Sólo el hecho de levantar la mirada lo hacía parecer como si se sintiera culpable de algo. Pero aún tenía que mirar hacia adelante. Lanzó un suspiro. De todas formas, ¿qué había estado esperando? Cuando tienes expectativas, te traicionan. Un sentimiento familiar de decepción comenzó a subir a la superficie de su mente. Nunca quería experimentar ese dolor nuevamente.

Si confiabas en ti mismo, no necesitabas a nadie más. Nunca te lastimarían. Y si tomabas la decisión equivocada, al único que podrías culpar es a ti.

Por lo tanto, nunca abriría su corazón a nadie.

Grabó esas palabras muy dentro de él, y una vez más asumió su expresión fría. Su mirada se encontró con la de Minho, pero no estaba seguro de cuánto tiempo su  profesor lo había estado mirando. Sintió una distancia insuperable entre él y esa mirada penetrante.

Finalmente, con una expresión nerviosa en su rostro, Taemin desvió sus ojos.

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